mayo 06, 2010

Saint-Ex Code

William Shakespeare sigue siendo un enigma y en su obra no encriptò nada que pudiera resolverlo. A ciencia cierta, no se sabe si el mainstream de turno censuró su obra para adecuarla a la moral de la época; no se sabe si la energía humana que firmó un documento en donde se leía William Sakespeare, fue la misma que escribió los libros que aparecen firmados con ese nombre.


Aunque no haya sido Shakespeare el que los escribió, fue Shakespeare el que los escribió.


En el caso de Cervantes, la energía gemela del británico, un fenómeno similar surgió de las entrañas del palacio en donde nacen los enigmas, si es que nacen de un palacio, y no de un pozo, de un manantial, de un lago escondido, de una fuente, de una cueva, de otro libro, de un celaje o de un caramelo de menta brillante.


El Principito está hilvanado con buscapiès.


También Dostoiwski escribió sobre un príncipe, y, el personaje bueno de todas las obras importantes del autor ruso, es el mismo hombre bueno, el mismo príncipe, el mismo Aliocha Karamasov es el mismo Príncipe Idiota. Por eso llama la atención en Don Quijote cuando reitera, una y otra vez, que él nació del cielo porque éste necesita de caballeros que hagan cumplir los milagros que los habitantes del planeta piden mirando hacia las alturas.


En el caso del dramaturgo británico, no queda otra que reconocer que debe darse por sentado de que fue Shakespeare cualquiera que haya escrito Hamlet. Tal vez no es importante saber quién escribió ese libro sobre un príncipe o quién escribió La Odisea, un libro sagrado de autoría sobrehumana.


De Cervantes sabemos que se inspiró en Homero, precisamente en el capìtulo en donde Ulises, al salir de Ogigia, la isla de Calypso, hizo un alto en el camino o la odisea y se fue a dar una vuelta por el hades, el mismo fenómeno que se repite en La Divina Comedia, cerca de las cuevas de Geriòn, La misma tradición literaria que se apoderó de James Joyce y del mismísimo Dostoiewski, ni más ni menos.


Entre esas cordenadas, viendo hacia donde apunta la flecha que conduce al tesoro, se encuentra oculta, enterrada, vigilante, la biografía del hijo de Sefarad y sus mensajes ocultos.


En el punto equidistante entre España e Inglaterra los arqueòlogos tienen mucho trabajo, con sus picos y sus palas, sus libretas con apuntes soñados. Los pueblos del Descubrimiento. Bueno, en nuestro caso no es necesario un alto en el camino y de golpe volvamos la mirada directamente sobre Antoine de Saint-Exupèry, el aviador y literato francès que recibiò a la cigüeña de las musas estando él en New York, el pueblo natal de El Principito, en opinión de la historia oficial newyorkina.


Momento, Rastafari de Logsley, me grita el espíritu nacionalista de un libio, para indicarme esto: El Principito nació en los desiertos del África, en donde se apareció una bella criatura, a Antoine, tras un accidente que tuvo la gracia de traer al niño al mundo. Por eso el libro está ambientado en el desierto de la vida, el escenario reservado para aquellos dos personajes, el piloto y el niño, rumbo al pozo, rumbo al manantial de la vida eterna, el manantial en donde nacía el agua que al sedienteo daría algo más que saciedad fìsica. Son famosas las duplas en la vida literaria. ¿Habrá diferencia identitaria entre autor y criatura? Si la respuesta es, "tal vez sí", debemos agregar que Don Quijote era un santo, como Aliocha, como El Principito, y Cervantes era un golfo impenitente. Que conste que son sus propias palabras.


Es cierto, de la vida del piloto francés se sabe todo, menos del momento en que le llegó la inspiración para escribir El Principito, el evangelio según Antoine de Saint-Exupèry. Y algo más, tampoco se sabe sobre el momento en que su aviòn desapareciò, al zarpar de Còrcega, durante la inolvidable II Guerra, la del Holocausto, el mismo que intentò evitar toda la literatura profunda, desde la belicosa Iliada. Un colmillo mordió al rayo. El Grito, de Evard Munch, se dio cuando la espoleta ya había sido arrancada. "Hiere con suave melancolía".


Claro que no es cierto, dice un argentino que salta hacia ésta línea de éste papel, y expone, sin mucho éxito, que la paternidad "es nuestra". Un suspenso cunde por el área y de repente, la multitud. El niño es salvadoreño, su madre es Cosuelo Suncìn, argumenta un carbonero. "Es cierto, nació en la mesa que adornaba el centro de mi taller de escultura", confirma Suncìn. "No es cierto", contradice Saint-Exupèry. "Es de Francia", dice volcado sobre la tribuna uno que pueden imaginar de donde viene...


Creemos que El Principito es de todos, es de la humanidad, es de Francia, pero nació en Guatemala, la patria del príncipe de la crónica, Enrique Gòmez Carrillo, consorte de Consuelo Sucìn, la misma que al enviudar del guatemalteco heredó la fortuna que sirvió para que las aventuras y visiones del escritor francés aterrizaran sobre la cancha abierta de la humanidad. Es chapín.


¿Qué tenemos como evidencia? Sherlock Holmes tuviera un caso fácil de resolver. En la obra, en la obra, como diría el manchego, està la clave y la cifra de la fecha y el lugar de nacimiento de Le Petit Prince... Se abre el caso, se corre el telòn y te dejamos a tì, querido lector, como invitado especial en el lugar en donde escucha nuestro jurado. Nuestro certificado de nacimiento fue rubricado por el propio Antoine de Saint-Exupèry y tiene un nombre, se llama: El Principito.


Que quede en acta la constancia de que nuestra evidencia es autèntica. ¿Hay alguna objeciòn?... Ninguna, bueno, entonces pasemos a examinar el sumario y luego mostraremos las pruebas.


Es cierto, la leyenda està ambientada en un desierto, en el desierto de la vida, en el del norte de Àfrica, en cualquier desierto. Es bello ese ambiente. La sed necesita las condiciones necearias para despertar. Pero el angelito no naciò en el desierto, èl llegò a predicar al desierto, al piloto que se encontraba arreglando el motor de su màquina que se habìa averiado. El piloto fue el apòstol que despuès escribiò su carta para predicar a la humanidad. Era experto en escribir cartas humanas, habìa escrito Carta a un rehen, dirigida hacia un amigo del autor que se encontraba penando las injusticias de los nazis; era un judìo. Es el mismo prisionero al que dedica El Principito, como se puede leer en la memorable prologaciòn. De acuerdo al consejo de Cervantes, que aceptò Borges, la prefaciòn es la matrix de los enigmas en algunos casos. (El Aleph; Pierre Menard, autor del Quijote) Shakespeare no prologò, no convocò a las musas, y no es difìcil dar con ese problemillo en Hamlet, el inspirado prìncipe de Inglaterra, no de Dinamarca.


Si recuerdan la historia, el principito venìa del asteroide B612. En su fuga fue remolcado por una bandada de pàjarillos, los mismos que lo llevaron al desierto, al tocar tierra en el planeta Tierra. Es bellìsima esa ilustraciòn. El pequeño espìritu venìa de su planeta, paìs o asteroide de nacimiento, venìa de donde naciò, venìa del B612 y èste, sin lugar a dudas, es el nombre, cifrado, de Antigua Guatemala, en donde estuvo convaleciento por el accidente terrible que el piloto sufriò en el Aeropuerto La Aurora, de Guatemala, paìs en donde habìa descendido, por casualidad, para llenar los tanques de combustible, pues el cartero se dirigìa hacia el sur. Màs no sabìa que las buenas nuevas las recibirìa en la Antigua Guatemala, un pueblo de Guatemala con tradiciòn hospitalaria, pues allì se fundò el primer hospital para convalecientes, nada menos y nada màs que por Pedro de Betancourt, el misionero que desde el centro del continente, pretendiò evangelizar al mundo, fundando la orden de los Betlemitas, la ùnica orden catòlica fundada en el Nuevo Mundo.


Betancourt es un apellido de origen francès, fue un aventurero normando con ese apellido el que conquistò Santa Cruz de Tenerife. El nombre proviene de Betania, de donde era Làzaro y sus encantadoras hermanas, amigas de Cristo, las mismas que colmaron a El Salvador del Mundo con toda clase de mimos, adoràndolo, veneràndolo, como los astròlogos, los reyes magos, adoràndolo a su manera: lavando los pies del Señor con tinajas de esencia de nardo. La rosa, la cruz, los belenes o nacimientos, llevados a La Antigua por el fraile, definen a La Antigua Guatemala, la Ciudad de las Perpetuas Rosas. Antoine alude con frecuencia a èsta ciudad espiritual, cuando la nombra y la celebra en su libro pòstumo: Ciudadela. "Ciudadela, te llevo en el corazòn, Ciudadela, te pondrè en el corazòn del mundo".


Saint-Exupèry era muy agradecido. Cuando sufriò el accidente en el norte de Àfrica, se le apareciò un beduino, el cual lo auxiliò y, en Vuelo de Noche, èl clama porque se hiciera el bien sobre los hombres y que al hacerlo se estaba hacièndose sobre el transubstanciado espìritu de aquel àrabe que lo bendijo con sus obras de servicio en momentos cruciales, de vital importancia para su vida y su obra.


Sin duda tenìa unas agallas enormes, superò varios accidentes, no se dio por vencido, siguiò volando hasta su muerte.


El B612 es un anagrama compuesto por la primera letra con la que se nombra el pueblo en donde naciò Jesùs, y la parte nùmerica del anagrama es la fecha, contrapuesta, del dìa y el mes en que el escritor y explorador francès sufriò el accidente en Guatemala: 16 de febrero (2) de 1938.


La historia transcurre en el desierto, como se apuntò, y el Principe de la Luz venìa de Belèn, de Antigua Guatemala, del cielo. El autor està constantemente, con la metàfora, con la sinergia de la misma, aludiendo a ambos mundos, el ideal, del que le hablaba el Principito, y el desierto. En el asteroide, como sabemos, habìa dejado con tristeza a su flor, sus volcanes y sus baobabs. Los volcanes son los mismos que se encuentran en La Antigua, como lo descubriò un autor argentino. Son los mimos del asteroide, son idènticos, el dibujante de las ilustraciones, que fue el mismo autor, les diò incluso la misma forma. Si se percatan de la silueta entre uno y otro, la del Principito y la de los volcanes de La Antigua, veràn que es la misma. Tambièn los volcanes del pueblo eran suyos. Sin duda, Saint-Ex llevaba en sus alforjas las fotografìas o los primeros bocetos de su inmortal relato. Por otro lado, la silueta de una rosa tiene un simbolismo còsmico en la geometrìa divina. Tal vez las formas son similares a los mantras, a los rezos, si se trata de magia.


La estrella de Belèn, con la que se anuncian las Navidades, aparece en varias ilustraciones en donde El Principito es protagonista, desde su apariciòn en la tierra, desde su llegada, desde la venida del Principe de la Luz, hasta el momento en que desaparece de la tierra, sin dejar rastro, aparentemente mordido por una serpiente del desierto. Muere, tras la mordida, pero resucita y asciende en espìritu hacia los cielos, su tierra natal, nuevamente, tras predicar las palabras de salvaciòn, sin mandamientos, sin leyes, porque eso es no confiar en la esencia redentora del Salvador. Antoine tambièn desapareciò misteriosamente, por eso pedìa, en su evangelio, que se mirara constantemente hacia el universo, si querìan indagar sobre el punto hacia donde èl se habìa dirigido. Pedro de Betancourt actuaba como un enloquecido de gozo, como un iluminado por el espìritu santo cuando contemplaba un Nacimiento en las tradiciones que èl mismo fundò. Algo bueno quedò del catolicismo. Pero Cristo es eterno. Y en las distintas temporadas de la historia de la humanidad, de alguna forma, con Buda, con los Pieles Rojas, con los druidas, con cualquiera que desee el bien, Èl ha estado presente porque es la Cruz, el Camino, la Verdad y la Vida, como nos lo recuerda en San Juan. (In principio erat Verbum, et Verbum erat apud Deum,...)


El baobab y la ceiba son àrboles magestuosos, magnìficos, imponetes. El baobab es un àrbol mìstico de Africa, es la misma ceiba guatemalteca, el mismo àrbol sagrado de los mayas, que en la obra es utilizado de forma negativa, pues con esa metàfora sabìa el profeta que los malvados iban a destruir el mundo, con sus excabadoras, sus minerìas, sus construcciones y empresas contra natura. Pero tenemos la promesa de que "Cuando el caterpillar ya no vaya màs, vendrà la mariposa." ¿Minerìas en Mònaco, en Andorra, El Vaticano, en Lichtenstein, en Guatemala? Por favor, deben estar lo suficientemente deprabados los ingenieros sociales que sembraron de minas el breve territorio chapìn. Habiendo tanto negocio digno, tanta empresa honorable, se dedican a matar a Dios. A matar a las monadas, como bien dirìa nuestro amigo Gottfried Leibniz para fortalecer nuestra causa.


Trasladaremos algunas citas del libro, es el certificado de nacimiento. La cita se puede hacer de la parte literaria, del poema, pero, como Harry Potter està de nuestro lado, le pediremos que haga citas tambièn de las imagenes.


Pensemos en que necesitamos una pizarra para exponer las evidencias. Luego pongamos nuestra frente en direcciòn a la pizarra. La batuta màgica la sostiene el testigo Harry, el Merlìn de nuestros tiempos:





Ref. http://www.elperiodico.com.gt/es/20060604/actualidad/28424/






el zorro


Este es un hallazgo, vea. El zorro sabio sale de la guarida y ve hacia el prado. Las orejas son raras, se parecen a una letra Y, una letra griega. Hacia donde ve el zorro el prado está hecho de letras, si observa con una lupa o agranda la imagen, daría crédito a nuestra tesis. Plasmar mensajes de esa forma tan infantil, es poderoso. Cuando Borges se topaba con enigmas como ese decía que "mucho infierno esconden". En este caso diría: mucho cielo esconden. Nos parece que el prado es un texto que nos confirma, que tiene relación con lo que señala el astrónomo turco, que es hacia La Antigua donde apunta el escritor por medio de sus caricaturas celebérrimas. Son números y letras relacionadas con la fecha del accidente en Guatemala. En la zona también hay ovejas; Pastores se llama un pueblo vecino. Si observa el árbol con detenimiento, con una lupa, constatarà que se parece a una oveja, la infaltable oveja de los Nacimientos, de los Belenes. Con razón le pedía al piloto que le dibujara una de ellas para llevarla al B612, para que comiera de forma perenne al césped que fuera brotando. Decía que era la única forma de evitar que crecieran los baobab que amenazaban su planeta si conseguían echar raíces y crecer, y que le daban mucho trabajo, por lo que el cordero le ayudaría a Salvar al Mundo, con su sacrificio, con su trabajo, redentor por excelencia, humilde y obediente por antonomasia, para quitar los pecados del mundo, como diría el abogado de Al Pacino en El Abogado del Diablo, al citar a la Escritura. Como diría el protagonista de La Matrix. La sensual Y es como la runa con la que los hippies expresaban amor y paz, es como un delta en la topografía femenina. Amor, y paz.

Las Encrucijadas del amor











Estas imagenes quizás las publicamos prematuramente, porque el trabajo hermenéutico lo haremos de un momento a otro, aunque no se necesita ser un John Nash, el de A beautiful mind, para comprender a simple vista algunos códigos o protocolos o patrones evidentes, expuestos de esta manera.

Pero diremos por el momento que la primera ilustraciòn està colmada de señales, con el anagrama de la fecha susodicha, con una cruz y otras inscripciones a los pies del Principito y hacia donde apunta su mirada. Agrandadas, las figuras de los àrboles se asemejan a las ovejas, se les ven extremidades inferiores... La ùltima y la penùltima, si recuerda la lectura, es el lugar màs bello del mundo, pues allì vio el escritor francès, por ùltima vez, a su salvador, al extraño espìritu, al pequeño hombrecito que lo guiò por el desierto hacia la fuente. Su cantimplora ya no tenìa combustible. Algunos visitantes tienen a la Antigua como un lugar precioso, pero esas lìneas, ¿hacia donde nos conduciràn? Desde allì partiò a la Antigua, al zarpar de la Tierra. Si recuerda, es como un Golgota, es el lugar donde supuestamente muriò o simplemente desapareciò. Muchos secretos encierra esa parte de la Pachamama.

Belèn o B-612




No fue difícil de resolver la ecuación para Antoine de Saint-Exupèry. Sólo ante un tradicional Belén de La Antigua pudo haber concebido a un espíritu como el del niño que usaba de taburete a un volcán, en el B612. La recreación, el retablo, el teatro, lo inspiró. Un niño que limpiaba los cráteres de sus volcanes, como limpiar chimeneas. Un niño que vivía en un asteroide que podía ser devorado por la semilla de un baobab. Es cosa de niños; parafraseando, los adultos tienen por momentos ataques de estupidez. Betania, Belén, Guatemala de la Virgen de la Asunciòn, El Salvador del Mundo, esa arquitectura tiene un inconfundible sello colonial. Woodstock 69 se celebró en tierra sagrada, en Bethel. Las imagenes de las letras, como el Aleph de Borges y los cabalistas, son mágicas. Borges repetía la tradición que aconseja mimar, ruñir, pulir, regar, encunar, a las runas, porque era la única forma que había para hacer que vomitaran los secretos, los genios, las ninfas y los faunos. Las ilustraciones que el lector està viendo fueron indispensables para el relato del shaman francés, así como lo son para la construcciòn del relato de este blog, porque todo es viaje, todo es relato, hasta la poesía. Cuando la poesía comienza a fluir, al viaje utiliza como barca, como navecilla. La poesía es una droga natural, o, como cuando se dice reloj biológico, a eso me refiero. Eso prefiero disparar en la resortera de la metáfora, en la catapulta.

El Mapa del Tesoro





Con lupa en mano, en esta entrada explicaremos que el geógrafo celestial o astrónomo, turco, señala hacia el centro de las Amèricas, señala hacia Guatemala. ¿Por qué no creían al astrónomo que había descubierto un tesoro, que había tenido entre sus brazos a un tesoro divino, que lo había descubierto en un asteroide? El mismo aviador se responde: porque el científico estaba mal vestido... ja. En la ecuaciòn esta el anagrama. En las letras del pie y en las de la esquina superior derecha. (AG) (612)

Curiosidad. La Fuente del Tesoro (Capìtulo 35)





Este capìtulo es para la tercera ilustración, pero agregamos la primera para que se vea la intención del dibujante en señalar hacia el pozo místico del relato, el pozo de la magia, como podría entenderse por la lectura que lo rodea. Ese pozo está lleno de embrujos, de encantamientos, de elixir, como el Shan Gri La, como la piedra filosofal, como la piedra Roseta de Champollion.

La segunda viñeta es como un Dolmen que le sirvió de refugio. La serpiente relaciona el relato con la Escritura, en directo. Pudiera ser una pieza para los arqueòlogos, pues parece un pergamino o un palimpsesto, algo que podría contener algún tipo de escritura, se le ven unas posibles lineas en donde se depositó algo de escritura. Saint-Exupèry lo llamó "ruina" y esas no existen en el desierto. Al llamarla "ruina" vincula su célebre relato con las mundialmente famosas ruinas de La Antigua, patrimonio cultural de la humanidad. El Principito, por algún oculto hechizo, es uno de los libros más leídos, más traducidos, más vendidos, más distribuidos, junto a la Biblia, al Quijote.

Si el terremoto del 76 no modificó el panorama, ésta fuente pudo haber sido fundamental en la biografía del Principito. "Se Busca". La viñeta, por color y relato, parece fuera de contexto, parece que fue introducida con un propósito. No corresponde al conjunto de las ilustraciones, indica algo. La pared es una clásica pared antigueña, colonial, con bugambilias, con una fuente empotrada y, arriba de ella, en el flanco izquierdo: un ángel. Si se conociera el lugar exacto, donde Antoine guardó reposo, tras un accidente en el que la intervención de los dioses y los patronos de los pilotos pudo haberse sentido, pues se hablaba de amputaciones, de decenas de fracturas, de un cuadro clínico terrible que de un momento a otro se fue transformando en salud y seguridad.
Una noria, unas ruinas, un pozo con brocal, toda esa arquitectura colonial no se encuentra en el Sahara, no con brocal. ¿Un ángel?, una imposible imagen en todo el domino del islam, que es iconoclata. El Principito nació en la Antigua, no cabe duda. La Antigua es el país de las fuentes con ángeles. Una puente de esas no se encuentra en el desierto.

Everest de Antigua Guatemala














Se intuye la creación de las viñetas como algo fundamental y consustancial a la obra literal. El deseo de publicar las ilustraciones denota un fin, una misión, un objetivo. Quería diseñar un mapa con las respectivas señales, como las de Jack Sparrow en Piratas. Como las de Cervantes, las de Borges, las de Dostoiewski en las respectivas obras. Incrustó una sinergia entre la parte literal y la visual, valga la redudancia. Cuando se dirigían hacia el manantial, para no fenecer de sed, el niño se durmió entre sus brazos y, el momento cumbre, el prodigio, entre ellos sintió y vio que sostenía al esplendor de la divinidad. Vea la fisonomía de los volcanes. Un geógrafo diría topografía. El enlace que se encuentra en El misterio del Principito, complementa esta entrada. Era un andariego, como Rimbaud que abandonó la comodidad de la cuna para ir a vagabundear y a buscar fortuna allá por donde vivió la esposa del rey Salomón, la reina de Saba, y también estuvo en Libia y otros de esos mundos en donde dejó su firma en alguna piedra. De pronto se me ocurrió que, sólo en lo físico, se parecen El Principito y el Infante Terrible. Parece que todos los caminos conducen a París.

"Cuando el misterrio es demasiado"...



El Texto de Antoine sólo es la punta del Iceberg; tras suyo existe el paraíso, existe una conflagración, un dibujo divino. El fenómeno se da en Homero, Dante, Cervantes. Rosa es la forma del Paraíso, en la novela de Dante. En la Divina Comedia, el paraíso tiene la forma de una Rosa. Heidegger decía que Dios era el Tiempo pero alguna imagen debe tener, en este sentido, aunque es sólo una metáfora porque el Gran Jefe, como diría Toro Sentado: es inalcanzable, inasequible, benéfica. Por algo El Principito vive en la Ciudad de las Perpetuas Rosas. Los materiales con los que el escritor cinceló su obra, eran los mejores, de imagenes profundas. El Paraíso tiene la forma de una Rosa y en el centro se encuentra Dios, en la mitología danteana. No poca es la energía que llega a nuestra mente cuando estamos frente al Principito.

En las líneas más emblemáticas del libro, el autor dice que veía en el niño la imagen resplandeciente de una rosa. (cap 24) Aquí dice que el niño es un tesoro, el mismo que encontró en la casa donde estuvo recuperando su salud, en buena compañía. Dice que le parecía extraño que el hombrecito no comía ni sentía sed, proclamando así la naturaleza celestial de la aparición.

Ceiba Baobab










Así como Cristo hablaba del cielo, El Principito hablaba del asteroide B-612, y, en este caso, hacía sinergia la metáfora del Sahara con la del cielo, la de espacio extraterrestre, la del más allá representado por el asteroide encontrado por el astrónomo y jardinero, y piloto, francés. La esfera representada por las escenas en el Sahara, hacían sinergia, sutil, con la esfera vital del recuerdo y añoranza del asteroide. El accidente en Libia fue en 1935, el de Guatemala en el 38, y el libro fue publicado tres años más tarde, en el 41. Por eso la inferencia indiscutible es que el beduino o buen samaritano no era El Principito porque éste era el "niño Dios", como lo nombran los devotos del culto cristiano, en chapinlandia... Sinergia es una palabra espiritual. El asteroide es como una sombra, como una nube, como una paloma que, como una estrella de Belén, acompaña a los protagonistas, sobre el camino y la alfombra mágica del relato. En Ulises, en Don Quijote de la Mancha, en Dante, en El Principito, el cuento o el poema trata de la descripción o crónica de un viaje porque no hay vida sin viaje, todo es viaje, el universo existe y tiene vida por el viaje, por la metáfora del viaje, vivir es viajar, decía un presidente chapinargentino. Sin viaje no hay pauta, no hay pentagrama, no hay leche, no hay vacas, no hay movimiento y si este material o protagonista hace falta en toda buena historia, la historia no camina, no tiene vida porque el movimiento es Tiempo. Desde nuestro nacimiento hasta nuestro nacimiento en otra dimensión, en otro mundo, en otra vida (puesto que la muerte no existe) no hacemos más que viajar sobre la metáfora del viaje. La muerte sólo es el momento del empalme o acoplamiento entre una vida y la otra, entre un mundo y otro, pues somos extraterrestres, somos hijos de dioses, o algo así, espiritual. Somos espíritus. Al final de El Principito, el angelito desaparece por arte de magia y se va hacia su destino original, no sin cierta tristeza, pues la vida en la Tierra tiene un significado determinante en la Historia del Universo y La Vida, al parecer. Tanta metáfora no viene por gusto. Viajamos sobre una cruz. La cruz es la nave. Con el instrumento de la cruz Dios creó el Universo y la Vida. Todo depende de una Cruz. Ulises es la metáfora del viaje por excelencia, el viaje fundacional. Son incomprensibles los viajes de Gulliver, los del Quijote, los del Ulises fundacional, los de John Done, los de Humbolt, los de Napoleòn, los del Mercader de Venecia, los del shaman conocedor de las runas druidas, los de Julio Verne, los del Pequeño Príncipe. Los genes viajan. Los genes viajan dentro del cromosoma cruz. La vida es la metàfora del viaje. La evoluciòn de las especies, de Darwin, es la metàfora del viaje de las especies por el universo. Me gusta viajar. Todos hubieramos querido ser Marco Polo. Tal vez somos Marco Polo cuando vamos a la luna, sobre la energìa lazer que proyecta nuestra mirada, la mirada que llega a la luna, que la besa, que la toca, que la acaricia. ¿Quieres ser Niels Armstrong? El pequeño niño viajò del asteroide b612 hacia la Tierra y, ya en la tierra, viajò para inducir al peregrino hacia el pozo de la vida eterna. Tenemos un prìncipe viajero. Leibniz decìa que todo el universo està interconectado por monadas, las cuales estan unidas, unas a otras, y que de monada en monada podemos llegar hacia donde querramos. Bueno, a èsta ùltima sinergia no me le pongan atenciòn porque desconozco a profundidad las monadas o genes descubiertos por el shaman alemàn. "Las monadas de mi monadologìa no tienen ventanas, pero se pueden comunicar con las demàs monadas", no, no entiendo al genio alemàn.

Popurrì de Calabria